Despedir a quien sabes que no se irá es tan irónico como mentira

Tú tienes un corazón de acero forjado,
dices que desde que alguien se fue quedó blindado.
Pero y qué,
si eres igual de duro que una piedra no intentes que alguien te derrita con una mirada.

Ya sé que hay miradas y miradas,
también hay catorce millones de ojos.
Pero y qué,
si los únicos que te salvan están ahogados en otros océanos.

Ya sé que hay despedidas de reencuentro con uno mismo,
y quien se va te deja lo más grande de sí. (pero tú no lo sabes)
A ti qué,
si nadie te ha abierto el corazón antes que las piernas.

Ya sé que hay afixias con palabras,
personas ahogadas por letras,
por verbos que encadenan.
Vidas que no quieren corresponderse consigo mismas,
y mueren más que viven.

Ya sé que hay lluvias que no caen de las nubes,
ojos que lloran y sonríen en un mismo gesto.
Pero tengo muy claro, que hay más sonrisas por educación que lágrimas fingidas.

"Sé de ti lo que pocos conocen y me queda la mitad. O quizá más.
Puedo presumir de conocer más pensamientos que lunares;
poder contar contigo, y poder contar de ti."

Y ahora te toca,
cuéntame de ti,
mézclate contigo, conmigo.
A ver qué sale.
Experimenta.