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domingo, 28 de abril de 2013

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Pero apareces.
Con ese aire de "¿qué haces tú aquí, si la acera es mía?" joder, que razón tienes.


Como me has hecho cambiar. Tus formas ahora son mis formas. Siempre has tenido ese complejo de abismo, que no sabías como hacerme comprender, y ahora parece que soy yo la que cada noche se tira para intentar encontrarte en la caída.
Me has hecho un poco más yo. Y quizá las gracias no es todo lo que he tenido que darte. Soy más yo desde que estás conmigo, siempre has querido hacer del mundo tu ombligo. Me has querido como pocos saben y deben querer. Aunque siempre quieres a contrarreloj, cuando no toca, y desapareces cuando tienes que irte, a veces con excusas y otras con explicaciones. Creo que eso siempre ha sido lo que más me gustaba de ti. Una forma poco común de querer.

Tienes de mí. Siempre he odiado relacionar el amor con posesión, pero hay cosas obvias. Cuando alguien forma parte de tu vida, tiene una parte de ti que ya no puedes negarle. Llámale rutina. Y también llámale miedo. Si se va tienes miedo. Si desaparece tienes miedo. Si no está tienes miedo. Pues bien. Cuando alguien tiene tu miedo te tiene al completo. Sin excepciones. Ni dudas, ni excusas.
Y tú tienes el total y absoluto control de mí. Y de mi miedo.

Me tienes.

miércoles, 24 de abril de 2013

ína

Cualquier nombre siempre resultó más atractivo cuando salía entre dientes, a quemarropa, en cualquier cuello.


––––––––––Pero las musas en los cafés ya no se me aparecían, así que empecé a buscar en whiskys.

domingo, 21 de abril de 2013

Dominante rojo.

"Te voy a contar la historia de la flor de primavera:

que como otra cualquiera, se llama amapola.
Pero llega el otoño y se pudre."


Igual es que ya hemos ganado la batalla a la primavera,
y no le queda nada más que decirnos
que busquemos las flores
y nos besemos.

Quizá no hayamos sabido entender entre el significado:
de tanta nieve en invierno
y el frío. Ese que nos calienta.

El naufragio igual ya estaba previsto,
en tus ojos.
-y el huracán en tu boca.
Pero no supimos como frenar algo tan previsible.

Me dijeron;

que cuando intentas para en seco
-en suelo mojado-
derrapas.

que cuando intentas evitar
-los polos opuestos-
te atraen más.


Es curioso como la posibilidad te puede levantar los ánimos.
Es curioso como la realidad te puede hundir.


Y que cuando te enamoras de unas formas, unos ojos o unas palabras. Al final acabas más lejos de ti que de ellas.



Nota:
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

domingo, 14 de abril de 2013

Sentimientos II


Entró por la puerta de atrás.

Era de las que llamas y la tienes en la puerta de servicio a la altura del felpudo, las que no quieren respeto porque les sobra con comparaciones. Y mira que a mí esas siempre me han parecido odiosas. Pero parecía masoquismo emocional lo que reinaba en sí.

Era de las que en menos de dos noches instauraba su república en tu cama
y su colonia en tu almohada,
su cepillo en tu baño,
su teoría en tu drama.

-¿Esta noche repetimos? Había pensado en ir a aquel que...
-Tú pensabas durar hasta por la mañana, ¿no?

No subestimes nunca a un sentimiento femenino. Experiencia.
Es amor aleatorio.
Y salió por la puerta grande.

domingo, 7 de abril de 2013

provocaba el fin de los principios de cualquiera

Una típica de labios rojos,
               melena anárquica,
          con unos ojos azules que te podían ahogar.

De las que parece que al entrar al bar
 hay una flecha de neón en su cabeza
que pone "ésta".

Y después te caes rendido ante minifaldas de cuero.

Dormía en trenes porque decía: -los amaneceres son más bonitos si los miras en distinta perspectiva.

Sus trenes duraban una noche,
hacían el amor, y el desayuno,
a veces la cama,
.

Todos sus trenes pasan por Madrid,
con un par de cigarrillos... en bares parecidos,
tenían un canon establecido.

Un día me explicó:
que existían amaneceres con música propia,
y que habían sonrisas que ordenaban desastres,
y algunas carcajadas provocaban catástrofes.

Luego le hice el amor, el desayuno y la cama.

Ahora decidme,
sino os creéis que todavía las hay que duermen en trenes por ver cada día un amanecer distinto.