Que yo qué sé
que me llames loca,
pero joder,
no hace falta más que ganas
para joder algo.
Pero que sí
que las cosas que se joden con ganas
se joden bonitas.
Se rompen en partes totalmente proporcionales
a lo que duelen.
A lo que dueles.
Y qué más dará como se rompa cualquier cosa
si se rompe
, joder.
Y se clava hasta el último trozo de ese jodido puzzle
que tuvimos la suerte de llamar "tormenta".
Eh, no lo arregles
que si hemos sabido disfrutar hasta el último momento,
déjame brindar por lo roto
el desastre
nuestro caos.
Y disfruta.
Ahora:
tormenta de hielo,
tormenta de sentimientos.
Helados.
Y a bailar bajo la tormenta.