Que bonito suena otra vez un te quiero de tu boca.

Ganas acumuladas y sonrisas entrecortadas. 

Luces apagadas y miradas encendidas. El cielo parece tan fácil de alcanzar desde sus sábanas. 
Es capaz de conocer cada parte de su anatomía sin duda alguna, de explicarte cada detalle de su cara cuando es completamente feliz y contarte sus miradas con significados incluidos. Como se retuerce al amanecer y sus gestos más extraños. Promete que no puede vivir sin él y depende de su olor.

Realmente quieres a alguien cuando tu humor depende del suyo.

Elegí que tú fueras el culpable de todas mis sonrisas, y lo haces perfectamente.