Y mira que hay tontos enamorados en este mundo.

De esas que entran sin llamar por razones que nadie entiende y de las que se queda por mucho tiempo–Se hace un moño y nos tiramos en la cama. Los helados de chocolate en medio, te mira son esa mirada que ella tiene de: "eh, vamos, que no es para tanto". Y te ríes, quizá sin razones, pero el momento lo merece. Unas cucharas enormes y peleando para ver quien coge más helado de las dos. La miras, aún no entiendes como todo puede ir tan bien cuando la tienes cerca. Como es ella, despreocupada, valiente y muy segura de sí misma. Envidio su forma de olvidarse tan rápido de las personas que no quiere y recordar tanto a las que echa de menos. Confianza. Se nota la cantidad de confianza mutua que tenemos. A las dos nos parece una tontería estar mal, pudiendo estar todo perfecto//pero es que ya nos parecemos al punto de no hacernos falta y necesitarnos cada día.

De esas que las quieres "hastaelpuntodenopoderestarsinti"–Cada noche que pienses en él, la mañana siguiente tendrás una tableta de chocolate Milka en la mochila.